" Y sin la distancia entre los dos, te abrazaría fuerte... no dejaría espacios, solo el necesario para un beso".

Hoy, por tercera vez mire al cielo mientras caminaba por la calle como buscando la respuesta a la misma pregunta: ¿Qué estarás haciendo? Mi cabeza se llena de tantas respuestas, pero todas son igual de posibles. Tal vez por eso, termino por ignorar todo y prefiero caminar sin preguntarme nada, solo con tu imagen en mi cabeza.

He llegado a creer que caminas a mi lado. Que me cuentas tantas cosas. Que compartimos demasiados momentos juntos. Luego, descubro a la gente que me mira y sonrío con cierto disimulo, me apena haber sido descubierto fantaseando despierto: ¿te ocurrirá lo mismo a ti?

Aunque nos hemos descrito más de una vez, finjo no saber cómo eres. pero, en cada oportunidad sigo buscando entre la gente quien pueda parecerse a ti. Para imaginarte un poco más real, para sentirte cerca, para creer que todo esto sí es posible.

Posible, esa palabra que me carcome el cerebro y su lógica, y deja sin aliento a este tonto corazón y su irracionalidad. Posible, tantas cosas son posibles, pero esta, a pesar de lo mucho que lo deseo se hace cada día más lejana, menos creíble.

Te he escrito cinco cartas con la intención de entregártelas personalmente. Como proponiéndome una meta. Haciendo más poderosa la razón que motive nuestro encuentro. Porque yo, he soñado que tú vienes por mí… y que yo ya estaba en camino, y justo en ese momento, dices mi nombre y todo se detiene.

Debo confesar que te he besado en silencio, en la penumbra de mi habitación; que he acariciado tu rostro; he tocado tus manos; que me has hablado al oído… y es todo tan latente, tan real, que juro conocer la textura de tu piel.

Creo que esto debe ser amor. Se le parece mucho. Parece uno de verdad. Un amor que se construye en su infatigable lucha por acortar la distancia. Yo creo tener un amor, y que tú crees lo mismo.

Ya nuestros encuentros, a pesar de todo el tiempo en la virtualidad de la red, a través de la cámara, se hacen un dulce consuelo. Parecen no ser suficientes. Son solo un alivio que merma el deseo por instantes, pero el deseo vuelve y lamento no poder estar cerca.

Te he escrito cinco cartas, con esta ya serán seis ¿Cuántas mas he de escribir antes de estar a tu lado? No lo sé… sin embargo, la distancia siempre está ahí, recordándonos que quizás esto solo sea un juego pasajero, algo a lo cual aferrarse.

Creo que soy feliz con esto que es tan bonito y tan espacial, y más que creer, deseo que dure tanto como pueda durar. Tanto como sea posible y otra vez aparece esa palabra: “posible”, como un castigo o un alivio, yo elijo lo último y cierro los ojos pensando que, quizás, el azar este mas a nuestro favor y todo lo que he fantaseado llegara a ser real.

por: julio cesar