Aun no conozco el primer acaudalado que haya muerto victima de las inclemencias del clima, mucho menos conozco un caso donde una avalancha haya arrasado una mansión lujosa. En esos gajes climáticos siempre mueren campeches humildes y pobres sin futuro, personas sin fortuna que por aleatoriedad nacieron donde, si se les hubiera preguntado, no hubieran decidido nacer, en otras palabras, siempre mueren los mas pendejos, y es que por alguna extraña razón, donde hay pobres hay frio y montañas a punto de venirse abajo, el mismo frio y el mismo barro que los sepulta y causa su muerte.
Aun no conozco el primer colombiano que se siente a ver noticias y llore viendo las “tragedias invernales” y si lo hay, seguramente llorara pensando en el bienestar de algún familiar que pudo quedar bajo escombros, pero en realidad creo que los muertos de Colombia nadie los llora, a nadie le pesan, son un adorno mas de medios noticiosos y mas aun si se trata de algún pobre o campesino sin derecho a vivir dignamente.
Por tal razón, creo que el invierno y sus secuaces, de haber sido personas, pudieron haber encajado perfectamente en una vida política, pienso que el invierno, por ejemplo, pudo ser un buen integrante del partido de la U, o de Cambio Radical, o bueno mas bien digamos que habría sido un buen “Uribito”, de esos que ataca a sus detractores de frente, de esos que excluye lo fútil y da privilegios a lo útil, de pronto el invierno, al igual que nuestro querido presidente, pensará que los pobres son una carga mas para el estado, una clase social victima de un circulo vicioso que nunca podrá ser restituido, un montón de viciosos, desocupados, analfabetos y carnavalescos que no cumplen ninguna función en esta nación mas que engrosar las listas de mano de obra barata, y que mas da que mueran algunos, si en Colombia abunda quien trabaje por unos cuantos pesos .
Por otro lado, también pienso que la naturaleza también pudo ser un buen militante de la oposición, un partidario del polo democrático y compartir con Gaviria y Petro los fundamentos y razones de la eutanasia, seguramente ellos compartirían su opinión al respecto: que los pobres que sufren en vida no merecen otra cosa, más digna, que la muerte, que mas da, si aun sin morir no dejan de ser muertos para el estado, son herramientas de uso, cuyo único liberador de espíritu, cuya única salida digna, es la muerte que la naturaleza les puede brindar, o es eso, o morir de viejos, arrugados, en la calle y limosneando.En esos casos hipotéticos creo que hubiera sido más afortunado ver un invierno vestido de amarillo, matando gente dignamente para evitar que el olvido los lastime, que ver un invierno que dé frio y confort a los ricos y mate por descarte y fastidio a los pobres, bueno, de todas formas en Colombia no necesitamos de un Invierno Uribe Vélez para que los pobres mueran de esa forma, ya tenemos quienes los traten de forma despectiva y los miren por encimita del hombro, también tenemos a medio pueblo que ni los determina ¡que mas da que mueran!.
Aun no conozco el primer colombiano que se siente a ver noticias y llore viendo las “tragedias invernales” y si lo hay, seguramente llorara pensando en el bienestar de algún familiar que pudo quedar bajo escombros, pero en realidad creo que los muertos de Colombia nadie los llora, a nadie le pesan, son un adorno mas de medios noticiosos y mas aun si se trata de algún pobre o campesino sin derecho a vivir dignamente.
Por tal razón, creo que el invierno y sus secuaces, de haber sido personas, pudieron haber encajado perfectamente en una vida política, pienso que el invierno, por ejemplo, pudo ser un buen integrante del partido de la U, o de Cambio Radical, o bueno mas bien digamos que habría sido un buen “Uribito”, de esos que ataca a sus detractores de frente, de esos que excluye lo fútil y da privilegios a lo útil, de pronto el invierno, al igual que nuestro querido presidente, pensará que los pobres son una carga mas para el estado, una clase social victima de un circulo vicioso que nunca podrá ser restituido, un montón de viciosos, desocupados, analfabetos y carnavalescos que no cumplen ninguna función en esta nación mas que engrosar las listas de mano de obra barata, y que mas da que mueran algunos, si en Colombia abunda quien trabaje por unos cuantos pesos .
Por otro lado, también pienso que la naturaleza también pudo ser un buen militante de la oposición, un partidario del polo democrático y compartir con Gaviria y Petro los fundamentos y razones de la eutanasia, seguramente ellos compartirían su opinión al respecto: que los pobres que sufren en vida no merecen otra cosa, más digna, que la muerte, que mas da, si aun sin morir no dejan de ser muertos para el estado, son herramientas de uso, cuyo único liberador de espíritu, cuya única salida digna, es la muerte que la naturaleza les puede brindar, o es eso, o morir de viejos, arrugados, en la calle y limosneando.En esos casos hipotéticos creo que hubiera sido más afortunado ver un invierno vestido de amarillo, matando gente dignamente para evitar que el olvido los lastime, que ver un invierno que dé frio y confort a los ricos y mate por descarte y fastidio a los pobres, bueno, de todas formas en Colombia no necesitamos de un Invierno Uribe Vélez para que los pobres mueran de esa forma, ya tenemos quienes los traten de forma despectiva y los miren por encimita del hombro, también tenemos a medio pueblo que ni los determina ¡que mas da que mueran!.
Por: Ricardo Contreras García
13 de junio de 2008, 17:36
Mmmm... Espartano por antonomasia... eso es el clima... tiraba por las montañas a las criaturas que no eran aptas para ese puebo guerrero.. Ah verdad, estamos hablando de Colombia... Nazismo??? No... ellos también tuvieron sus razones... defenderse de la invasión judía que implicaba su poderío mundial... Colombia??? Qué se puede decir... Acá nada tiene razón de ser, porque hasta esas se las ha robado nuestra élite...