“Odio a todos los que amen, y que felices estén
Porque yo no puedo escoger
Entre mi espada y el tonel”
¡Oh! Espada de acero, gruesa y pesada a la ves, tu que te blandes en mi puño, tu que reflejas en tu flanco el deseo de mi sentir, tu que has visto mis lagrimas recorrer mis mejillas en el gimoteo propio de su mugir, has caído al suelo en mi ebriedad alucinante, te he dejado al lado del arenal y las piedras, ante la mirada sonriente del tonel, de curvas desliñadas y harapos de fique, color arena, que me embriaga con sus licores, y me hace adicto de sus boquillas, con su líquido de virtud desconocida que me deja rendido en los brazos de Morfeo.
De nuevo en mi pestañear, aun en trance, las boquillas han de estar abiertas, destilan el vino de mi alucinación, su olor fuerte se impregna reclamando de mí su propiedad, mientras… alejada en un rincón esta mi espada sonriente, a la espera de ver mi palma y mis nudillos recubrir su mango, pero el tonel aun destila vino, soy su esclavo y el… el dueño de mi complacencia.
Oh espada de acero, aunque permanezca como vagabundo al pico del tonel, no he podido evitar extrañarte, no he podido bendecirme con tu brillo, tampoco he podido mojarte con la humedad de mis labios, solo puedo mirarte desde lejos y decirte que nada deseo mas que blandirte en mi ultima batalla con la vida, sentirme halagado por los dioses y morir contigo, agarrados por un abrazo eterno de nunca acabar…
Ricardo Contreras García
14 de octubre de 2008, 21:31
mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm eso a quien o a quienes le cae ? mmmmmmm este