Aterrada, en el baño del colegio, Diana no sabe qué hacer ni a quien llamar. De un momento a otro se sintió extraña y cuando llegó a aquel lugar descubrió la mancha café que estaba en su ropa interior. A sus doce años no sabía que eso le podía ocurrir, le habían hablado de muchas cosas, pero, jamás le dijeron como reaccionar ante tal eventualidad. Su primera menstruación había llegado en un momento inoportuno. Diana, no sabía que luego de los tres vellos que le habían aparecido en las axilas vendría ese torrente de sangre.
Pedro se despertó, como de costumbre, a la 5.30 de la mañana para ir al colegio. Tal fue su asombro cuando sintió algo pegajoso entre sus piernas. Había tenido un sueño placentero, pero otras veces también había sido así. Nunca había pasado más allá de la corriente eléctrica que le recorría la entrepierna. Su madre entró al cuarto a llamarlo y este se escondió bajo las sabanas. No podía permitir que lo vieran así como estaba. Era la primera vez que se levantaba mojado: pensó que jamás le pasaría, aunque le había dicho a sus amigos que él, a sus trece años, ya eyaculaba.
Estaba hasta las chancletas, habían tomado cualquier clase de licor. Andrés, llevaba su primera semana en la Universidad y esta celebrándolo con sus nuevos amigos. El reloj de su casa, el cual su mamá había visto por tercera vez, marcaba las 2 de la madrugada. Andrés, no había tomado nunca antes, pero, desde antes de empezar clases tenia deseos de iniciar la tan afamada vida del universitario.
Mariana pensó que si lo hacía sin condón una sola vez no habría problemas. Unas semanas más tarde, notó que algo no estaba bien ¡estaba embarazada! Su plan de vida merecía ser re-estructurado, sobre todo, porque estaba dispuesta a tenerlo pero sin vivir con el padre. Ella solo quería sexo al igual que él. Un hijo no eran razón suficiente para conformar con hogar con solo 17 años y sin amar a la otra persona.
Pedro se despertó, como de costumbre, a la 5.30 de la mañana para ir al colegio. Tal fue su asombro cuando sintió algo pegajoso entre sus piernas. Había tenido un sueño placentero, pero otras veces también había sido así. Nunca había pasado más allá de la corriente eléctrica que le recorría la entrepierna. Su madre entró al cuarto a llamarlo y este se escondió bajo las sabanas. No podía permitir que lo vieran así como estaba. Era la primera vez que se levantaba mojado: pensó que jamás le pasaría, aunque le había dicho a sus amigos que él, a sus trece años, ya eyaculaba.
Estaba hasta las chancletas, habían tomado cualquier clase de licor. Andrés, llevaba su primera semana en la Universidad y esta celebrándolo con sus nuevos amigos. El reloj de su casa, el cual su mamá había visto por tercera vez, marcaba las 2 de la madrugada. Andrés, no había tomado nunca antes, pero, desde antes de empezar clases tenia deseos de iniciar la tan afamada vida del universitario.
Mariana pensó que si lo hacía sin condón una sola vez no habría problemas. Unas semanas más tarde, notó que algo no estaba bien ¡estaba embarazada! Su plan de vida merecía ser re-estructurado, sobre todo, porque estaba dispuesta a tenerlo pero sin vivir con el padre. Ella solo quería sexo al igual que él. Un hijo no eran razón suficiente para conformar con hogar con solo 17 años y sin amar a la otra persona.
Diego guardaba la ilusión de encontrar un trabajo que mejorara sus condiciones de vida. Tenía 20 años y deseaba ayudar a su madre, ayudar en su casa. Confió en lo que unos extraños le dijeron, confió en el futuro que le prometieron. Pero lo cierto, es que ese viaje que inició tuvo un final inesperado. Diego murió y ahora su madre sale por las noticias, lo acusan de ser guerrillero y de haber muerto en combate. Solo su madre sabe que el mayor contacto que tuvo con la guerrilla fue a través de los noticieros.
Luz tiene miedo del futuro, de lo que vendrá para ella en este país. Por eso, ha resulto irse al terminar la carrera. Sueña con estar en el exterior y luego llevarse a su mama con ella. Ha estudiado con mucho sacrificio, lleva siete semestres encima y es la mejor de su clase. Sin embargo, por más que ha tratado no ha logrado encontrar donde hacer sus prácticas. Mientras, algunos de sus compañeros, los que ella menos pensó, están bien ubicados. Luz se ha dado cuenta, que las oportunidades se abren para unos pocos, que debe esperar hasta encontrarse con alguien justo que vea todo su potencial, porque ella no tiene contactos ni amigos de amigos que la ayuden a ingresar sin muchas dificultades.
por: julio cesar
7 de junio de 2010, 8:04
muy chevere Julio tu escrito...deberias compartir mas tus escritos y darlos a conocer al mundo =)...sigue asi escritor!!!