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Cuando Álvaro ganó las elecciones  a personero, prometió instaurar la fiesta de despedida de once como un evento anual. Y así fue desde entonces. El último año de escuela de ellos, la fiesta fue todo un acontecimiento, nunca antes se había hecho algo así en aquella Institución. Todo estaba listo. La noche de la fiesta, tanto profesores como alumnos se reunirían a despedir  la nueva promoción de exalumnos.

Amparo y Diana ayudaron a Rocío a elegir su traje. Un vestido azul celeste con uno que otro encaje que la hacía ver más delgada y que era lo más coqueto que ella había usado en la vida. Amparo fue, como todos lo esperaban, la más bella de la noche. Parecía una figura griega. Un sueño de adolescente hecho mujer en aquella noche. El rojo de su vestido daba un esplendor a su piel cobriza y sus ojos místicos. Lo que nadie esperaba era ver a Lucas convertido en el hombre que nunca se había atrevido a ser, por ocultarse tras sus libros y su intelecto.  Tenía elegancia  y la sencillez de quienes han luchado por un lugar en el mundo. Santiago en una broma de amigos y buscando acercarse a Lucas le dijo al oído:
  • Si  Amparo no estuviera tan bella, te raptaría ahora mismo.

Pero Lucas, aún molesto por la discusión sobre el profesor de biología, lo ignoró.

La noche trascurrió sin mayores contratiempos. El coliseo del colegio estaba decorado con columnas de globos  y flores. Una alfombra roja en la entrada para todos y varios juegos de luces de los que estaban de moda. Álvaro estaba satisfecho. Era esa su obra, su idea. Olvidó por completo lo que le había dicho su abuela antes de salir; cuando le acomodó la corbata y le dio un beso en la mejilla.
  • Hijo, no descuides a Lucas ni un momento- le dijo mientras miraba a su nieto a los ojos- esta noche será muy oscura. 
A Álvaro sólo le pareció eso, la muestra de que su abuela estaba volviéndose una mujer nerviosa. Sin embargo, la idea lo acompañó hasta la puerta del colegio donde lo dejó su abuelo.

Santiago estaba perfecto en aquel traje negro que le daba un toque de respeto a su apariencia y acentuaba el café de su piel. Bailó con Amparo toda la noche. Diana subió al escenario con su vestido negro escotado y dio una muestra de su talento. En ese instante, se sentía libre y dueña de su vida. Pero la oscuridad que la abuela de Álvaro había visto en sueños estaba metiéndose poco a poco en la fiesta, esperando su momento.

Lucas, por su parte, intentaba animar a Rocío que no había bailado en toda la noche, con comentarios sobre la ropa de los otros. Pero no funcionaba. Luego, la invitó él mismo a bailar y para ella, eso era simple lastima y no estaba dispuesta a aceptarla.  Fue Álvaro quien se acercó y la invitó a bailar. Rocío se levantó sin dudarlo y se sonrojó un poco. Su acné había desaparecido y su rostro parecía una delicada porcelana. Bailaron algunas canciones, intercalando entre música de orquesta, vallenatos, el merengue de aquellos tiempos y las baladas en inglés. En una de sus piezas de baile, Santiago se les acercó y les preguntó por Lucas. Se dieron cuenta, que ninguno de ellos sabía dónde estaba.

El profesor Domínguez había llegado desde temprano al coliseo. Estaba de guayabera blanca bien planchada y pantalón de lino con zapatos de vestir elegantes.  Gracias a su estatura, se veía como un actor de telenovelas. Veía a Lucas a lo lejos, sorprendido por lo radiante que estaba. Habían estado más unidos a raíz de la discusión que Lucas tuvo con Santiago. Esa noche, el profesor Domínguez tenía algo en mente.

Cuando Rocío y Álvaro empezaron a bailar, el profesor le hizo señas a Lucas para que se acercara. En la fiesta no había licor, sólo una mezcla de jugo de corozo fermentado con cítricos. El profesor, le brindó a Lucas un vaso de coctel que el muchacho tomó sin afán, pero dejando el vaso vacío. Hablaron por algunos minutos y luego, el profesor se alejó. La luna de esa noche era llena. Un círculo brillante en el cielo negro y sin estrellas. Lo extraño era como una nube gris, luchaba por ocultar aquella luna.

Lucas y el profesor se dieron cita en los baños de muchachos, cerca del gimnasio,  los más apartados de todo el colegio. Lucas escuchó la declaración de amor de su profesor un poco sorprendido. Sabía que entre ellos había una tensión extraña,   pero no estaba listo para eso. Le sorprendió más, oírlo hablar de compenetrarse uno con otro, hasta tocar sus mieles más secretas. Lucas le explicó que eso no era posible. Que él era un hombre que empezaba a gustarle, pero que jamás en su vida había amado y menos había entrado en esas cercanías de las que el profesor hablaba. En ese momento de su vida, le dijo, estaba descubriendo sus sentimientos por alguien especial. El profesor Domínguez lo miró consternado y algo molesto.

Lucas quiso marcharse y se dio cuenta de cuán mareado estaba. Sintió miedo y caminó hacía el coliseo, pero los pies lo engañaron, fue poco lo que logró avanzar. Cayó al suelo pensando que moriría enojado con Santiago. Pero la vida no se le iba, sólo la fuerza. Sintió las manos del profesor sujetándolo y con dificultad reconoció la risa de aquel hombre y su cara. El profesor Domínguez  lo llevó de regreso al baño y lo hizo prisionero de un beso salvaje. Lucas sentía que una serpiente entraba en su boca y recorría cada espacio. Había imaginado que se besaba con su profesor y que ese, era un beso dulce, pero el beso que estaba recibiendo era demasiado amargo y los labios le ardían. Christian Domínguez no tuvo dificultad para empezar a desvestir a Lucas que luchaba débilmente contra él.  Lo tiró al suelo, viendo como se arrastraba para intentar huir mientras él, se preparaba para su embestida dejando al aire su miembro erecto.

Santiago buscaba a Lucas por cada rincón. Los demás, al verlo, se unieron  a su búsqueda. Amparo no entendía y estaba un poco fastidiada del asunto pero aún así ayudaba. Fue entonces cuando Álvaro recordó a su abuela y salió del coliseo para ver como la noche se hacía más oscura de lo habitual. Diana sugirió ir a los baños del gimnasio y Santiago corrió hacía allá seguido por todos.

El profesor Domínguez, tenía a Lucas en posición para ser penetrado cuando Santiago llegó y quedó perplejo. Las nalgas de Lucas estaban arañadas, en su afán por no dejarse quitar el pantalón. Rocío reconoció en la expresión de Lucas el sufrimiento y el desconsuelo. Santiago se fue contra el tipo, propinándole un puño en el estomago que lo dejó sin aire. Amparo ayudó a Rocío a llevar a Lucas que tenía la boca sangrando y un olor a sexo en ella. Diana recogió rápidamente la ropa de Lucas y siguió a sus amigas. Álvaro ayudó a Santiago para darle una paliza al profesor, pero la estatura del hombre lo ayudó para escapar aún con el miembro firme y al aire. Diana, viendo a Lucas, supo que debían llevarlo a una clínica. Santiago lo tomó en sus brazos, viendo la fragilidad de su amigo y lamentando aquella discusión. Lucas a medio vestir, gracias a la ayuda de Amparo y Rocío, se dejó ir a un sueño extraño y profundo.

Aquella noche, Lucas murió por primera vez. Durmió por al algunos minutos, mientras Santiago apresuraba el paso con él en los brazos para salir del colegio sin ser vistos y lo llamaba desesperadamente. Amparo entretuvo al vigilante para que no se diera cuenta de nada. En uno de tantos momentos, Lucas volvió a despertar entre los llamados y el llanto de Santiago. Una mujer misteriosa y elegante se ofreció a ayudarlos a llevar a Lucas a la clínica cercana. Tiempo después, Álvaro sabría que esa mujer era su madre.

Allí terminó la fiesta para ellos, los seis en la clínica. La mujer  pagó todo y se fue, diciéndole a Álvaro que eso era sólo el favor de alguien cercano. Lucas despertó a la mañana siguiente. Lo habían drogado con una bebida, por eso no podía defenderse. Además, el ardor en sus labios era porque lo habían mordido mientras lo besaban. Y en su boca, habían encontrado semen. ¿Dónde están tus padres? Preguntaron. Todos se vieron a  la cara y en ese momento, entró la mamá de Amparo. Desde esa noche, empezaron las voces en su cabeza. Como susurros mortales que indicaban qué hacer. El director no quiso tomar cartas en el asunto, pues eso sería un escándalo. Además, el profesor era un excelente docente y no se encontraba su perfil en ningún colegio de la ciudad. Santiago habló con sus papas; Álvaro con sus abuelas e incluso Diana con los suyos, pero no se atrevían a decir toda la versión. Fue Amparo quien se dirigió a su mamá y le dijo:
  • Para algo debe servir que seas tan amiga de más de uno de los miembros de la junta directiva del colegio. Sabes lo que pasó. Sabes que no te pediría esto si no fuera cierto. Sácalo del colegio.
A la semana siguiente, el profesor no estaba en el colegio y nadie supo por qué se fue. Pero meses más tarde, los noticieros anunciarían que se había suicidado en su apartamento ubicado en la capital del país.

1ra. Las Estrellas.
2da.Dulces Sueños.
3ra. Cicatrices.
4ta. Pan y Café.
5ta. La Cabeza en el Hombro.
6ta. El Matrimonio.
8va. Ráfaga.
9na. Estrellas y Luto.
10ma. Cartas para Santiago.
11va. Réquiem.  

Por: JulioCésar. 

1 Sententias:

  1. Wow! Julio muy buena historia... No se cuántas entregas sean, pero te admiro. No es tan fácil como algunos creen seguirle el hilo a una serie con tantos personajes y con circunstancias en distintos períodos...